Cabalgando contradicciones: la lavadora

Jose Valle, 07/03/2020    #MUJER, #DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER, #FEMINISMO



Imagen: Prawny

¿Qué ha ayudado más al avance de la mujer, a lograr una igualdad efectiva? El twitero @CapitanBitcoin apunta tres posibles causas, lo amplío. 

La primera que menciona es el desarrollo económico que trajo a una buena parte del mundo lujos como el agua corriente, no digamos la potable. Que salga agua de un grifo todo el día es casi un milagro que solo podemos apreciar los que hemos vivido en algún momento sin ella. El impacto en la mejora de la salud ha sido bestial, no enfermar al beber está poco valorado, en general. Pero es que el desarrollo también trajo a los hogares la lavadora o el frigorífico, por ejemplo. Solo estos tres avances implicaron que las mujeres comenzasen a ganar horas para sí todos los días. Los efectos del desarrollo serían largos de detallar, pero que una mujer tuviese más tiempo para sí, era algo que solo habían disfrutado las clases acomodadas. No pasarse las noches dejándose la vista, zurciendo calcetines o adaptando la ropa de un hijo para el siguiente, es un avance impresionante. Probablemente esté entre los factores más igualadores que hayamos vivido en toda la historia de la humanidad.

La igualdad de derechos, que menciona a continuación, es casi una perogrullada, pero obviamente no habría tenido lugar sin la participación activa de la mujer, por tanto el desarrollo algo ayudó, además de muchas otras causas. 

Y la libertad económica, que coloca en el tercer puesto es determinante. Sin un cierto grado de independencia económica cualquier derecho, incluso la propia Libertad, se queda solo en bonitas declaraciones sin un soporte efectivo. 

Sin una economía de mercado fuerte, sin un capitalismo encargado de difundir la riqueza, sin todo esto que denuncian día y noche el feminismo podemita, Irene Montero no podría estar paseando a sus hijos por las instituciones y la mayor parte de las mujeres seguirían yendo a por agua a la fuente, a comprar a menudo y empleando incontables horas en la colada familiar.

En países como Venezuela, donde la luz y el agua pueden faltar en cualquier momento, donde no hay piezas para reparar las lavadoras y siguen la senda de los habilidosos cubanos, probablemente les entiendan. Pero no creo que estén muy de acuerdo en la defensa de ese feminismo anticapitalista. Enhorabuena a todas, y todos, por lo logrado. Insistamos porque parece que es el camino.




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